TEXTO:
Yo ya estaba mosqueao, porque cada vez que hacíamos un cambio de tren pues, no veas, qué historia... Ella esperaba con el equipaje, y yo tenía que ir pacá, pallá, y no paraba. Ara que, en Ginebra, cogimos casi todo el equipaje, y lo facturamos. Porque en Suecia namás que te dejan entrar una botella de vino, otra de coñá y otra de... a ver, te dejan entrar una botella de coñá, otra de vino, pero no vino corriente, sino vino amontillao, y otra de anís. Bueno, nosotros llevábamos una maleta cada uno, y tres botellas en la maleta suya, y tres en la mía, que son lo único que te dejan entrar. Pero en el equipaje que facturamos iban nueve botellas más, tres en cada maleta. Y cuando llegamos allí, pasamos aduana, lo que más me mosqueó fue que me quitaron el perro, al llegar. Claro, fue por lo de la cuarentena; !joder, qué mosqueo con el perro! Yo me quería volver otra vez pa España. Sí ¿tú sabes? De momento namás llegar y bajar del barco ya me quitan el perro y después de una bronca allí, con todos aquellos tipos, que yo no me enteraba, nos montamos en un taxi para irnos a la casa, a la casa de su madre, que ya nos esperaba, !y un frío que hacía en el taxi!, brrr... El taxi con calefaccción... !y a 25 grados bajo cero! Yo estaba muerto de frío. Y yo le decía: "Ana, vámonos pa España..." "No hombre, que ya estamos aquí; ¿ahora nos vamos a volver patrás?" Y eso, que era en Goteburg, que es más pal Sur.
El objetivo es situar el texto que se propone en los cuatro ejes lingüísticos: diacrónico, diatópico, diastrático y diafásico. En este caso, el texto pertenece al español actual estándar, así que nos centraremos en el análisis del eje diastrático, para ello trabajaremos por planos. Primero, señalamos los rasgos que nos encontramos en el plano fonológico:
Después, nos centramos en el morfológico:
En el sintáctico:
Y por último, en el semántico:
Una vez analizados los cuatro planos, podemos redactar el comentario: