miércoles, 8 de mayo de 2013

QUEVEDO: "MIRÉ LOS MUROS DE LA PATRIA MÍA", PASO A PASO






INTRODUCCIÓN
El texto que se propone para comentar es un poema del autor del siglo XVII Francisco de Quevedo, principal representante de la tendencia del Conceptismo.

ANÁLISIS MÉTRICO
El poema se compone de catorce versos endecasílabos con rima consonante cuyo esquema métrico es 11A 11B 11B 11A-11A 11B 11B 11A-11C 11D 11E- 11C 11D 11E. Se trata de un soneto clásico, con los tercetos sin encadenar.

TEMA
El soneto desarrolla un tema característico del pesimismo barroco: el tema del desengaño, usando el motivo de la poesía de ruinas, que consiste en describir un lugar ruinoso y compararlo con la situación del país. En este caso, Quevedo lo compara también con su propia situación: anciano y próximo a la muerte.

ESTRUCTURA
La estructura externa consta de cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. La interna, al repetirse el mismo tema en todo el soneto, es repetitiva. Presenta la originalidad de que Quevedo va restringiendo cada vez más el espacio en cada estrofa para dar una agobiante sensación de claustrofobia: patria-campo-casa-yo.

RECURSOS
Metáforas:
Báculo-vejez
Espada-juventud, ánimo, ganas de luchar.

Personificaciones:
Muros cansados; el sol bebía; quejosos los ganados.

Elipsis:
"Si un tiempo fuertes ya desmoronados"; "y del monte quejosos los ganados"; "mi báculo más corvo y menos fuerte".

Hipérbatos: v.3, v.4, v7-8, v.9-10, v.12

Antítesis: fuertes-desmoronados; sombras-luz; más corvo-menos fuerte.

Alusiones:
"Por quien caduca ya su valentía". Se supone que se refiere al rey Felipe III.

CONCLUSIONES
Una vez analizado el texto, podemos deducir que se encuadra dentro de la poesía del Barroco por el tema pesimista elegido, el motivo de la poesía de ruinas y la acumulación de recursos que presenta.

GÓNGORA: "DE PURA HONESTIDAD TEMPLO SAGRADO" PASO A PASO


De pura honestidad templo sagrado,
Cuyo bello cimiento y gentil muro
De blanco nácar y alabastro duro
Fue por divina mano fabricado;
Pequeña puerta de coral preciado,
Claras lumbreras de mirar seguro,
Que a la esmeralda fina el verde puro
Habéis para viriles usurpado;
Soberbio techo, cuyas cimbrias de oro
Al claro sol, en cuanto en torno gira,
Ornan de luz, coronan de belleza;
Ídolo bello, a quien humilde adoro,
Oye piadoso al que por ti suspira,
Tus himnos canta, y tus virtudes reza.



 
El texto que se propone para comentar es un poema de Luis de Góngora, representante de la tendencia barroca del Culteranismo.

El poema se compone de catorce versos endecasílabos con rima consonante, cuyo esquema métrico es 11A-11B-11B-11A; 11A-11B-11B-11A-11C-11D-11E-11C-11D-11E. Se trata de un soneto con los tercetos sin encadenar.

El soneto desarrolla el tema de la belleza femenina y su descripción. Góngora aporta originales novedades al tema, al identificar a la mujer con un templo pagano (el tema mitológico era frecuente en este autor) y describirla saltándose el canon clásico, empezando por los pies. Recordemos que a los poetas del Barroco les gustaba saltarse las normas. La alegoría encripta el tema principal y favorece el ejercicio de ingenio.

Externamente, el soneto presenta una estructura de cuatro partes o estrofas. A nivel interno estamos ante una estructura circular, puesto que empieza concibiendo a la mujer como un todo (templo) y tras describir las partes de su cuerpo (pies, torso, boca, ojos, cabello) vuelve a la totalidad al identificarla con un ídolo.

En cuanto a los recursos estilísticos, los más importantes son:
Metáforas: usadas para identificar las partes del cuerpo femenino. Son casi todas puras, carecen de término real expresado en el texto:
templo-mujer
cimiento-pies
muro-torso
puerta-boca
lumbreras-ojos
esmeralda-verde
techo-cabello
ídolo-mujer

Hipérbatos:
v.1, v.4, v. 7/8, v.9/10/11, v.13.

Epítetos:
templo sagrado; blanco nácar; alabastro duro; coral preciado; esmeralda fina; claro sol.

Hipérboles:
“Fue por divina mano fabricado”.
“Que a la esmeralda fina el verde puro/habéis para viriles usurpado”
“Soberbio techo”
“Al claro sol... ornan de luz”

Apóstrofe:
“Oye piadoso al que por ti suspira”

Asíndetos:
“Ornan de luz, coronan de belleza”

Alusiones:
“Divina mano”
“al que por ti suspira”

Cultismos:
“viriles”

Este soneto es un claro ejemplo de cómo evolucionó la poesía renacentista en el Barroco. Observamos que se conservan los mismos temas y las mismas formas, pero la abundancia de recursos estilísticos y la encriptación del tema en forma de alegoría dificultan la comprensión y causan la admiración del lector que, al fin y al cabo, era el objetivo principal de los poetas del XVII.