Buenos días. La palabra de hoy, aparte de encantar a cualquier hispanista, sería de obligada presencia en un examen de Historia del Español dado todo lo que tiene para comentar. Se trata de "hoguera":
Del lat. *focaria, f. de *focarius 'del fuego'.
1. f. Fuego hecho al aire libre con materias combustibles que levantan mucha llama.
La procedencia de FOCARIA-AE es el sustantivo masculino FOCUS-FOCI, "hogar" o "pira". La forma FOCARIA, como bien indica el asterisco que la precede, viene del latín vulgar.
Todos los fenómenos fonéticos que aparecen en este sustantivo los he comentado en anteriores ocasiones, pero nunca viene mal echar un repaso, ¿no?
En el vocalismo lo más relevante es la solución del sufijo -ARIU:
FOCARIA>*focaira>fogueira>hoguera.
El sufijo -AIRU se manifestó como altamente productivo en latín vulgar, dando lugar a numerosos términos derivados, por ejemplo, de RIPA>RIPARIA>*ripaira>ribeira>ribera. Sufre lo que Menéndez Pidal llama una metátesis de RI, SI, PI, que incluye en el grupo 2º de la yod 4ª, aunque en este caso no dé origen a ninguna consonante palatal, pero sí inflexiona un grado la vocal anterior. El diptongo decreciente -EI- se mantiene en gallego y en mozárabe (de hecho en el examen de mozárabe la palabra que cayó fue "bodegueiro", lo recuerdo como si fuera hoy). La evolución del sufijo es ARIU>AIRU>eiro>ero.
Dos son los fenómenos destacables en el consonantismo ya a simple vista. En primer lugar, el paso de F- inicial a H-. Como he explicado otras veces, se suele achacar esta inusual evolución al sustrato vasco.
El vasco primitivo, origen del actual euskera, es la única lengua prerromana que sobrevivió en la Península tras la llegada del latín y su importancia en la formación del castellano es mayor de la que a priori se le podría suponer. Cabe imaginar que dicho influjo se produjo por la proximidad geográfica entre el territorio de habla euskera y de protorromance castellano durante las primeras etapas de la Reconquista. El hablante euskera adaptó como pudo fonemas que en su lengua no existían, como la F- inicial o la V-. Tras una etapa de aspiración, esta H- enmudeció. La V-, por su parte, acabó identificándose con el fonema euskera más parecido a ella, la B-, aunque se conservó la grafía latina en numerosas palabras. La existencia de este sistema asimétrico en el que /f/ no tiene correlato (sería /v/, pero sufre betacismo) y por lo tanto su punto de articulación resulta redundante y se hace neutro, es la tesis defendida por Malmberg.
Sin embargo, la F- inicial permaneció hasta bien avanzada la Edad Media, por lo menos en su representación gráfica. Según Menéndez Pidal la aspiración empieza en el siglo IX, pero la F- se conserva escrita hasta el siglo XV. La aspiración desaparece primero en el norte y después en el sur , y según apunta Lausberg, este fenómeno del paso de F-a H- se encuentra también en el gascón, en algunos dialectos suditalianos y en sardo, lo que atribuye a los hábitos lingüísticos del sustrato.
No me gustaría terminar este apartado sin citar aunque sea de pasada el fenómeno de la velarización de H aspirada, que da lugar a J en algunas palabras. F>H<J: FAMELICU>jamelgo; FOLLIGARE>jolgorio.
Hay que destacar que F- no pasa a H- en todos los casos: desaparece ante vocal silábica, FABULARE>fablar>hablar, pero se conserva ante diptongo : FOCU>fuego; FOLLE>fuelle, y hay excepciones: FEL>hiel; FOSSA>huesa. Según Meyer-Lübke, la aspiración es posterior a la diptongación de E y O.
El otro fenómeno presente digno de mención es el de la sonorización de las sordas intervocálicas, también conocida como lenición y atribuida a otro sustrato, el celta en este caso, y sería el responsable de que esa oclusiva velar sorda latina -K- sonorizase en -G-.
Según Tovar, la lenición afecta a las lenguas peninsulares de las siguientes formas:
-Sonorización total en leonés, gallego y portugués.
-Sonorización media en Castilla.
-Sonorización mínima en Aragón.
-En catalán sonorizan por influjo de las lenguas vecinas.
Este autor ve una relación directa entre la lenición y las zonas de mayor población celta, lo cual refutan otros como Meyer Lübke o Eugenio de Bustos. Lübke llega a decir que la sonorización, además de ser común a la Romania, es posterior a los celtas, a las invasiones germánicas y a la Reconquista.
Quizá las hipótesis más interesantes sobre la lenición sean las estructuralistas que plantea Martinet:
-Empuje: las geminadas -PP-, -TT- y -KK- se reducen, confluyen con las sordas y éstas se ven obligadas a sonorizar y confluir con las sonoras, que a su vez se debilitan y fricativizan o desaparecen.
-Arrastre: Primero can las sonoras y después sonorizan las sordas.
-Mixta: primero sonorizan las sordas, luego caen las sonoras y su espacio es ocupado por las geminadas simplificadas. Martinet defiende la tesis de empuje y rechaza la del arrastre basándose en la simplificación de otros grupos de geminadas. De hecho, para él el rasgo distintivo que origina la lenición no es el sordo/sonoro, sino el tenso/flojo.
Si no se ponen de acuerdo en la causa, aún menos en la cronología, que fluctúa entre el siglo I de Tovar y el X de Meyer Lübke. Hay que tener en cuenta que la pérdida de la intertónica que afecta a toda la Romania se produce sobre el siglo IV y en la Romania Occidental hasta el IX, y que es posterior a la sonorización de las sordas. Y que la fricativización se documenta enel siglo VI y es anterior a la sonorización de las sordas.
Lausberg señala que la lenición permite dividir la Romania en occidental y oriental según se produzca o no. Se mantienen sordas en el centro y sur de Italia, dalmático y rumano. En la Romania Occidental distingue dos zonas: una sur que abarca provenzal, catalán, español y portugués donde las oclusivas sordas pasan a sonoras, y otra norte que comprende norteitaliano, retrorromano, francoprovenzal y francés que produce fricativas sonoras. Después distingue áreas aisladas o "islotes", como las llama él, en las que se mantienen las sordas, caso del aragonés, los dialectos gascones y el sardo.
En fin, ha sido una entrada larguísima que parece casi una clase magistral. Dejo este testamento fonológico y me despido hasta mañana, en la Romania oriental y en la occidental.