martes, 22 de marzo de 2011

MALDITA ORTOGRAFÍA

Pues eso... ¡Maldita ortografía! Quién sería el malvado torturador que la inventó.
Haya sido quien haya sido, la ortografía existe. Y para tu desgracia, querido alumno, no sólo baja la nota, por lo menos la de las asignaturas lingüísticas, sino que también es un poderoso indicador de tu nivel cultural y, por lo tanto, la herramienta capaz de destruirte socialmente, porque, no nos engañemos, la gente todavía se echa las manos a la cabeza cuando ve un discurso plagado de faltas, y como poco pensará: "menudo analfabeto que está hecho este tío". Y sí, se reirán de ti, no contigo. Si son benévolos no se desternillarán en tu cara, pero lo harán por detrás.
"Ya no puedo aprender la ortografía a estas alturas" dices tú, querido alumno. Eso no es verdad en absoluto. Tus carencias ortográficas nacen de tu falta de atención, te lo digo yo, que escribo un texto en el encerado correctamente y tú lo copias mal porque te da lo mismo. Afortunadamente, la memoria fotográfica ha venido en tu ayuda, fíjate qué suerte tienes.
Porque, evidentemente, imponer a un alumno la espantosa tarea de cubrir cuadernillos Rubio es, cuando menos, una forma de tortura como cualquier otra. No creo que ninguno de los que no hemos cometido una falta de ortografía en nuestra vida (grupo VIP en el que me incluyo, por cierto) hayamos cubierto cuadernillos jamás. Los que tienen destrezas ortográficas las adquirieron en la infancia por "ciencia infusa", por memoria fotográfica, por LEER MUCHO. Como tú tampoco lees, querido alumno, así te luce el percal...
La memoria fotográfica es algo realmente portentoso. Es posible que yo no recuerde gran parte del contenido de mi temario de oposiciones (90 temas), pero recuerdo perfectamente en qué color había subrayado cada uno sin haber hecho el menor esfuerzo para guardarlo dentro de mi coco, y también el tipo de letra empleado. Curioso ¿eh? Aprovechemos, pues, la memoria fotográfica.
"¿Y cómo hago eso?" preguntas tú. Evidentemente, tienes que poner de tu parte. Sólo te pediré que le dediques quince minutos diarios. Eso sí, todos los días, invierno y verano, sábados y domingos. La constancia es primordial. Coge un libro, el que quieras, lo hayas leído o no, preferentemente algo que te guste. ¡Tiene que haber algo que te guste!, "Crepúsculo" o "El diario de Greg" o alguno de ellos... Durante 15 minutos y CONCENTRADO EN LO QUE HACES copia despacio el texto del libro. Al día siguiente continúas copiando donde lo dejaste ayer. Eso sí, copia sin cometer ninguna falta, tu texto tiene que ser idéntico al original. No te pido que recuerdes qué era con "b" y qué con "v", sólo que copies. Y si eliges un libro que no hayas leído, mejor que mejor, porque de paso habrás incorporado un libro más a tu catálogo de lectura. Hazlo así y dentro de un mes, me cuentas.

8 comentarios:

  1. A ver cómo explico yo ahora que he puesto zanahoria sin hache, jaja

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  2. Haber si resulta!!!

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  3. Pues yo lo llevo mu mal eeeeeeee , ke todo lo pongo con k y me como las palabras y abrevio y cuando estoy en la ofi y he de escribir como tengo que escribir , muchas veces tengo que ir al corrector de word... ya puedo leer y leer que tengo más vicio que la lexe en escribir como chateo y asi me luce el pelo y la de la mesa de al lado me pone los pos-it asi " Mari llama a (tal proved.) xk falta la fct. y no m cuadra la merc. la t10 (t10 es tienda 10) " es peor que yo porque parece que más que dejarme un pos-it me ha escrito un sms jajajaja , asi ke yo la pongo en skype ( trabajamos con skype obligados) " ok luego kmto" :-D vamos de huevos si

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  4. Marisol... no me des mal ejemplo a los chavaleeees.

    Ángel, ejem, revista tu comentario, anda. Pero te aconsejo que lo intentes, es poquito tiempo al día y ya verás la mejoría.

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