martes, 15 de noviembre de 2016

LA PALABRA DEL DÍA: "MACHIHEMBRAR"

Buenos días. La palabra de hoy hará las delicias tanto de los filólogos como de los manitas y amantes del bricolaje, entre los que no me encuentro. Se trata de "machihembrar":
De macho1 y hembra.
1. tr. Carp. Ensamblar dos piezas de madera a caja y espiga o a ranura y lengüeta.

Hay mucho que decir de la palabra y además se puede abordar su estudio desde varias perspectivas. En primer lugar, procedamos a separar durante un rato a esta parejita para estudiar sus componentes, como es habitual.

"Macho":
Del lat. mascŭlus.
Concretamente, del adjetivo de tres terminaciones MASCULUS-A-UM y éste a su vez diminutivo de MAS-MARIS. Como se puede observar, el adjetivo "masculino" procede de la forma culta. 

La formación de esa africada palatal sorda CH se produce por síncopa: MASCULU>*masclu, que da lugar a un grupo de tres consonantes difícil de mantener. Según Menéndez Pidal, en su capítulo dedicado a la formación de grupos romances, en los grupos de consonante+C'L, la primera consonante del grupo desaparece: TRUNCULU>troncho. Si a esa síncopa C'L la hubiera precedido una vocal, el resultado habría sido completamente distinto: SPEC(U)LU>espejo.

Lausberg registra los resultados de consonante+C'L en las diversas lenguas románicas a partir de *masclo: italiano "maschio"; francés masle>male; provenzal y catalán "mascle", español, gallego y portugués "macho".

Bien, vayamos a la segunda parte de esta particular pareja:

"Hembra": 
Del lat. femĭna.

Efectivamente, del sustantivo de la primera declinación FEMINA-AE. Al igual que en el caso de "masculino", el adjetivo "femenino" es un cultismo. Además del paso de F>H, del que he hablado mil veces y atribuible al sustrato vasco, hay que decir algunas palabras acerca de la formación de ese grupo -MBR-.  Al igual que en el caso de "macho", se produce una síncopa de la vocal interior: FEM(I)NA, formándose un grupo -MN- que Lausberg tacha de infrecuente. Lo mismo sucedió con HOM(I)NE.
 Según Menéndez Pidal, se puede advertir un resultado diferente en el grupo -MN- cuando éste es secundario y no primario. Si la síncopa ya se había producido en latín clásico el resultado es -Ñ-: DOMINU>DOM(I)NU>DOMNU>dueño, y no "duembro".  En los casos de grupos formados posteriormente, el resultado es -MBR-, que coexiste con otras formas hasta el siglo XIII. Sin ir más lejos, tenemos el "Libro de miseria del omne", fechado en la primera mitad del XIV.

El verbo "machihembrar" ya aparece documentado en 1765, según Corominas, aunque no lo he encontrado en el Diccionario de Autoridades. Me llama poderosamente la atención que el diptongo "ie" se haya mantenido. De hecho, en varios países de Sudamérica existe la variante "machimbrar" que es además la que he escuchado con más frecuencia, ya que la articulación de ese diptongo átono es difícil de mantener y supongo que acabará desapareciendo.

"Machihembrar" es parasintética, ya que está compuesta de dos lexemas y un morfema derivativo para convertirlo en forma verbal. Sobre su significado, pues ya os podéis imaginar: alude a un modo de ensamblaje en el que una pieza hace de macho y otra de hembra. Si os está entrando mal rollo pensando en que todos los muebles de vuestro salón están haciendo guarrindongadas a la vista de todos, me temo que no puedo aportaros la menor serenidad: es la pura verdad. Con este inquietante pensamiento me despido hasta mañana. Y para que se os quite el mal sabor de boca, os dejo un regalo:

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